Decisión

Normalmente tiendo a escribir cuando el único medio para desahogarme son las palabras y nada ni nadie más.
Ni siquiera sé qué es aquello que precisamente quiero plasmar, puede también, existir la posibilidad que queriendo reflejar algo, me prive de hacerlo, porque surge a la vez el miedo de proyectar lo que considero sólo mío, pero en verdad necesito continuar con el tecleo, ya sea como una expiración, ya sea terapia, sea simplemente un grito al vacío.

No es fácil dejarte ir cuando ni siquieras alcanzas a llegar, dejarte ir, sólo porque así lo decido, sólo porque ya me agota continuar luchando en contra de lo que veo, de lo que percibo. Me canso. Sufro absurdamente con aquello por lo que no se merece sufrir. Digo palabras que me duelen después que termino la frase, escucho aún queriendo tener mis oídos tapados, construyo un misterio, mi propio paradigma...

Hoy fijé límites, conmigo, con los demás. Me detuve antes de dejar de ser copilota. Me encargué de ver objetivamente antes de volver a idealizar, prive la humedad de mis ojos.
No tropezaré con la misma piedra y si lo hago, que sea por algo inherente a mí, sea éste el único modo de no cargar con la culpa.