domingo, mayo 14, 2006

En el metro

Estaba en el metro y una niña pequeña, de no más de 8 años se paró a mi lado y afirmándose de uno de los asientos, tomó una actitud similar a la mía. Se irgió, miró de frente y comenzó a contemplar a la gente que estaba alrededor.

La miré y busqué a alguien que se asemejara a un padre o una madre que la pudiesen acompañar, pero mi mirada se perdió trantando de encontrarlos. De pronto, un dibujo asomó de sus manos y me detuve a contemplarlo lo más disimuladamente que pude. Aún me pregunto, por qué traté de ser tan cauta con una niñita. Quizás se podría haber asustado, me respondo, quizás es sólo para justificarme el por qué no le hablé antes.

Vi su nombre y comencé:

- Hola Dominique, ¿cómo estás?-

Y comenzamos a hablar, le brillaban sus ojitos, había hecho un maravilloso dibujo, con muchas estrellas de diferentes tamaños y colores y quedó muy contenta cuando le dije que en verdad su dibujo estaba muy bello, que la felicitaba, que me había encantado... (que manera de sonreir).
- ¿Y andas solita?-

Sus papás la esperaban todos los días en la última estación de la línea 2 (La Cisterna), pero sólo la esperaban...(la gente curiosa, escuchaba atentamente, pero miraba hacia los costados, su compromiso sólo se limitaba al de escuchar).

- Bueno Dominique, aquí me bajo yo, si quieres regálale ese dibujo a tu mamá, estoy segura que le va a encantar, y cuando me baje, me tienes que prometer que te vas a cuidar, saldrás del metro y verás a tus papás y si no los ves, espéralos, pero no salgas sola y no sigas a nadie que no sean tus papás. Cuidate mucho. Fue un gusto conocerte.
Y nos despedimos...

Se me partió el corazón, ¿cómo fui capaz de poner un pie fuera de ese vagón?, ¿cómo no acompañé a Dominique hasta la última estación?, ¿cuánta gente más, conmovida por esa niñita, le hablará y sufrirá por verla tan pequeña y sola en el metro, pero al igual que yo se parará y dejará pasar el metro confiando en que estará bien?.

Sólo espero que en verdad esté muy bien y espero también volver a verla, pero ahora sí acompañarla hasta la última estación y demostrarle que en un mundo de adultos tan lleno de situaciones a veces muy malas, hay todavía pie para que se entremezcle en él un hermoso cuento, que refleje que hay cabida aún para los niños, que si bien por situaciones de la vida están haciendo en parte cosas de "grandes", siguen siendo niños al fin y al cabo. Posted by Picasa